Ana
Con mi pareja siempre nos hemos llevado bien, pero el sexo… uf. Después de años juntos, se volvió monótono, predecible, casi como una tarea. Yo intentaba ponerle ganas, pero en el fondo me sentía desconectada, como si algo en mí se hubiera apagado. Y claro, en lugar de hablarlo, me callaba porque me daba miedo que él se sintiera rechazado. Pero por dentro, me frustraba y me preguntaba si era normal que me sintiera así.
Cuando descubrí Éxtasis Sagrado, al principio me daba un poco de vergüenza. Me preguntaba si de verdad iba a servir o si simplemente yo ya había perdido esa chispa. Pero poco a poco, con cada práctica, fui conectando con mi deseo, con mis sensaciones. Aprendí a comunicar lo que quiero, a explorar sin miedo, a salir de la rutina. Y lo mejor es que esto no solo transformó mi vida íntima, sino toda mi relación. Nos sentimos más conectados que nunca, y el deseo… bueno, volvió con más fuerza de la que imaginaba.