Durante años, viví completamente desconectada de mi útero.
Mi vida giraba en torno a trabajar sin parar, salir de fiesta y llenar mi agenda para no sentir el vacío.
Mi cuerpo me pedía descanso, pero yo lo ignoraba… hasta que llegaron los ataques de ansiedad, el agotamiento crónico y los síntomas que ya no podía esconder.
Pasé años tomando anticonceptivos, callando el dolor real y normalizando que mi sequedad fuera lo “normal”.
Recibí un diagnóstico de VPH que me hizo sentir miedo y vergüenza de mi propio cuerpo. Y mi relación con la comida, fue otra forma de desconectarme de mis ciclos y de mi energía femenina.
Con mis parejas, callaba lo que realmente deseaba por miedo a ser rechazada o abandonada. Y cada vez me sentía más apagada, más lejos de mi verdad como mujer.
Hasta que entendí que mi útero no solo guardaba mi historia… también guardaba mi medicina.
Mi camino de expansión comenzó con los huevos de cristal, las varas de la Diosa y las vaporizaciones uterinas: herramientas sagradas que me enseñaron a limpiar mi útero del cortisol y las tensiones acumuladas, a cortar lazos energéticos con personas y memorias que seguían drenándome, y a abrirme a un sentir profundo, sagrado y libre de culpa.
Desde ese día, mi energía cambió, mis relaciones se transformaron, mi creatividad floreció y mi capacidad de recibir amor y abundancia se expandió.
Cuando limpias tu útero, sueltas el pasado y activas tu g0z0, abres el portal hacia la mujer completa, libre y poderosa que siempre has sido.